LAS OLIVAS
Estampa Castelserana de los años veinte
José Gea
Como han pasau tos los Santos
y han madurau las olivas,
se sacan las escaleras
y a cogelas tos al campo.
 
Por los caminos y atajos
que´slizan de la rosada,
van hacia el campo los tajos,
abuelos, padres e hijos,
mozas viejas y casadas.
 
Primero pasan los ricos
que tienen que madrugar
y llevar piones y pionas
pa podelas terminar.
 
Los pobres que tienen pocas,
a esos todo les da igual,
aunque no madruguen tanto
pronto las acabarán.
 
Se descargan escaleras,
mantas ganchos y capazos
y el zagal coge los burros
y los ata en un ribazo.
 
La madre cobija al crio
con sacos y mantas pardas,
y al abrigo de la albarda
deja que s´aguante al frío.
 
S´iace una auguera de aliegas,
se levantan escaleras,
y cantando alguna copla
van cayendo las olivas.
 
Para aliviar el trabajo,
sin jornales ni gabelas,
ayudan a recogerlas
tordellas, tordos y grajos.
 
Se cuentan chismes y´istorias,
y del olivo en la altura
s´iacen cuentas de memoria
por si hay que pagar la burra.
Ya es mediodía
y el sol paice qu´espabila,
s´echa mano a las alforjas
y se saca la comida.
 
Que bien sabe la sardina,
el pan, las nueces, las higas,
un calentazo y un trago
y vuelta a coger olivas.
 
Así se pasa la tarde,
cogiendo y llegando olivas,
y todos ya muy cansados
cargan las caballerías.
 
Por fín el día se pasa,
y detrás de la reata
s´emprende el camino a pata,
hasta que se llega a casa.
 
Na más pasar Valdenguía
un alto s´ihace al pasar
por la zaiquia pa beber
todas las caballerías.
Que latgo s´izo el camino
después de la dura jornada,
se descargan las mantadas
y se arreglan los gorrinos.
 
La madre la cena esculla,
col, acelgas o espinacas,
comes hasta que te atracas
y después una morcilla.
 
Luego se baja a´ventar,
se desatan las mantadas
y no sale la molada,
pero otro día será.
 
Y a dormir a la pajera,
pues al despuntar el día,
toda la familia entera
tendrá qu´ir a las olivas.