Pueblo constante y valiente era el Celta, que compartió los territorios Aragoneses con el pueblo Ibero y para su pesar con el Romano. Cronológicamente hay que situarlos en el periodo entre el 400 A.C. y 50 A.C. Aún no estaba definido el espacio de Aragón tal y como hoy lo conocemos, pero si podemos situar al pueblo Celta, en los limites de la actual Rioja hasta las proximidades de Zaragoza, recorriendo la rivera del Huerva y adentrándose en la actual provincia de Teruel. Su asentamiento en estos territorios de se debe a que entre los años 800 y 500 A.C. hubo movimientos de gentes cuya procedencia era el norte de la actual Europa y se consolidaron en estas zonas dentro de Aragón, estas poblaciones de origen Indoeuropeo. En este periodo de tiempo los Romanos estaban en plena expansión de su Imperio, y como no, se fijaron en nuestras tierras y el resultado fue el conflicto con los pueblos Celtas. Con el transcurrir de los tiempos y después de numerosas batallas cave destacar que él Romano Tiberio Sempronio Graco, cerro un tratado con los pueblos de origen Celta "Belos, Tilos y Arévacos". Que se situaban entre el Moncayo y el Valle del Ebro. Con el fin de buscar una convivencia pacífica, que no duró más de 30 años. Y de esta forma tras numerosas batallas el pueblo Celta fue vencido por él ejercito de Roma.
Pero en este vasto periodo de tiempo el pueblo Celta dejó vestigios de como eran sus vidas y aparte de la lucha, a que dedicaban su tiempo. El pueblo Celta vivía en ciudades que tenían un papel, de centro de organización económico, social, jurídico y político. Estas pequeñas urbes poseían un núcleo urbano y zonas rurales anexas al mismo. Se constituían en torno a dos calles centrales en forma de ejes y se protegían con murallas e incluso fosos. Nos quedan ejemplos en (Botorrita, Herrera de los Navarros, Caminreal.) Habitaban en casas unifamiliares de forma rectangular de aproximadamente unos 50m2. Las construían con muros de adobe sobre unos zócalos de piedra y con suelo de arcilla. Y para su habitabilidad poseían cocina, dormitorio, atrio, zaguán.

Conforme se fueron sometiendo a Roma incidió la influencia de estos y en consecuencia aumento el tamaño de las mismas y aparecieron ornamentos decorativos en forma de columnas y mosaicos. Los Celtas tenían en el "Sagum", su vestimenta más característica. El Sagum, era un capote oscuro de lana con una abertura en el costado izquierdo, que se cerraba sobre el hombro derecho con un broche, y cubría todo el cuerpo hasta la altura de la corva. Su calzado eran unas sandalias de suela de cáñamo y cuerpo de cuero que se anudaban con cordones al tobillo o pantorrilla. El pueblo Celta dedicaba atención a su higiene personal y consta el uso de dentífricos, el afeitado de los hombres etc. Este pueblo también acuñó sus monedas, si bien su relevancia ante el dominio Romano no fue considerable y utilizaban un lenguaje escrito. (Bronce de Botorrita), siendo este lenguaje menos desarrollado que del de los pueblos Celtas con influencia Ibera, no consta ninguna obra literaria lo que hace pensar que la transmisión de conocimientos de forma oral todavía era muy importante para estos Celtas de Aragón.
Pero eran tiempos muy duros y había que progresar. Constituyeron un ejercito organizado y con grandes dotes para montar a caballo y aunque carecían de sillas de montar eran jinetes expertos y se ganaron la admiración de sus contrarios los Romanos. Al no ser muy numerosos tuvieron en el valor y la estrategia su mejor arma. Así como ser un ejercito diestro en el manejo de la espada, arma esta, que por sus características fue apreciada por el ejercito Romano, y dado su gran valor y audacia le costo al ejercito Romano mucho el poderlos someter. Pero estos Aragoneses de Celtiberia también tenían vida en paz, creencias y organización de carácter cívico. Dominaban la ganadería, poseían rebaños de bueyes, ovejas, cabras, domesticaban perros, asnos, gallinas. En sus ocupaciones agrícolas cultivaban cebada, trigo, plantaban olivos, usaban aperos de labranza, construyeron molinos de harina, conocieron el arte de hacer aceite y vino. Como dato curioso resaltar, que el bronce de botorrita alude a un pleito en materia de aguas. Lo que nos deja ver en el espejo del pueblo Celta el interés de este por todo lo agrícola y ganadero.

Pero estos Celtas ya empezaban a querer ver más lejos de los límites que su horizonte les permitía, tuvieron sus propios dioses, siendo el dios "Lug" su dios principal, teniendo esta realidad sacerdotal los mismos caracteres que la druídica de origen Irlandés. El pueblo Celta creía en una concepción de la vida basada en el valor personal y el honor de la guerra. Creyendo que el fin de una existencia valerosa era culminar con una muerte heroica, ser devorados por los buitres y por medio de los mismos alcanzar su cielo. Y de hecho muchos lo debieron alcanzar a tenor de la pasión que el imperio Romano puso en conquistar este trozo de Aragón. Ya que ni los Celtas ni los Iberos que también se vieron con los embajadores de Roma pudieron oponerse.

 

 

 

 

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