El imparable transcurrir del tiempo sitúa entre los siglos VI al VIII, el periodo que marca el final de dominio Romano y el periodo de ocupación Visigoda.
El pueblo Visigodo provenía del norte de Europa, tuvo periodos de convivencia más o menos pactada con el pueblo Romano. Pero la decadencia del imperio de Roma y la expansión Visigoda dio por finiquitada la presencia de los Romanos en Aragón.

Los visigodos que ocuparon la parte oriental de la Península Ibérica, la Tarraconense, llevados por su odio a los romanos, destruyeron en gran medida todo lo que éstos habían realizado. Por tanto si Leónica fue una ciudad importante, importante sería su destrucción.
Se sitúa en Roncesvalles el paso por donde los pueblos bárbaros penetraron en la península. Constantino III, eligió Zaragoza como centro de asentamiento dada su localización estratégica y su auge durante el dominio Imperial, enviando a su hijo Constante para someterla a su causa. Pero la sublevación en Zaragoza del General Geroncio. Puso en enfrentamiento a este contra Constantino III y los pueblos bárbaros que estaban al sur de la Galia, (Suevos, Vándalos y Alanos), quienes aprovecharon estos momentos de incertidumbre para entrar en la Península. Lo que se tradujo en tiempos de guerras y desorden entre los nuevos invasores y el pueblo Romano que se resignaba a ceder esta parte de su imperio, hasta que en el año 472 la autoridad Romana puso su fin en Aragón, quedando nuestras tierras bajo la autoridad del Reino Visigodo de Tolosa, y tras desaparecer este después de diversos avatares acabó consolidándose como único poder político el Reino Visigodo de Leovigildo cuya sede fue Toledo.
Este pueblo también nos dejo detalles de como era, a que se dedicaba y como combatía. En el plano cultural tenían una tendencia bien definida en lo artístico, arquitectónico, escultórico y pictórico.

Y en lo funcional como objetos habituales o ajuares personales siguen una prolongación del arte Romano. Los restos más significativos de su expresión arquitectónica los encontramos en la "Villa Fortunatus" en Fraga. Teniendo esta forma de planta de cruz latina con un crucero y ábside rectangular. Construida aproximadamente sobre el siglo VI y siendo un ejemplo de hacia donde tenderán las nuevas creaciones arquitectónicas.
Los Visigodos eran pueblo de cultura guerrera y rendían culto y fidelidad a esta. Se organizaban en torno a un Rey o Jefe militar que se rodeaba de sus "comitatus", grupo de fieles y diestros guerreros. Para este pueblo servir a la guerra era privilegio y honor, al contrario que sus rivales Romanos de esta época que consideraban que las leyes y las organizaciones cívicas tenían la potestad para decidir como se había de convivir. Pero los Jefes militares Visigodos unidos a nobles con ejércitos propios en pacto común, fueron lo suficientemente poderosos para conquistar todo el territorio Aragonés.
Su arma de lucha preferida fue la espada larga, y el hacha arrojadiza, unida a la caballería como arma de choque. Su vestimenta era funcional y militar, usando yelmo redondo, manto abrochado sobre el hombro, media túnica y sandalias anudadas por detrás de las rodillas. No tuvo especial relevancia su moneda usando los: Sólidos y Tremises de oro. Acuñando en el año 575 bajo el Reinado de Leovigildo Trientes de oro. Pero debido a la escasez de este y la dificultad de poseerlos fue el trueque la forma de pago más habitual.
En el aspecto económico destaca que poco a poco las pequeñas explotaciones agrícolas, pasan a depender de un solo dueño, creándose explotaciones mayores que pertenecían a las clases emergentes acomodadas ya en el periodo Romano. Estas explotaciones eran trabajadas por pequeños propietarios que a cambio de una renta fija podían permanecer en ellas y por esclavos.

Conforme los Visigodos se fueron asentando en Aragón a base de pactos con la clase emergente, logran someter a los terratenientes ampliando su poder, cabe destacar los pactos matrimoniales para ampliar el patrimonio y reducir el numero de dueños. Logrando así que cada vez menos familias y más poderosas absorbieran al pequeño propietario obligándole a la dependencia del terrateniente y dejando toda la riqueza en manos de unos cuantos.
Otro acontecimiento de gran importancia ocurrido en esta época fue el auge del Cristianismo. Progresó de una forma constante, a la vez que los terratenientes pactaban su progreso, el orden eclesiástico fue dotado de ayudas y exenciones fiscales, con lo que muchos afianzaron su riqueza material al amparo del organigrama eclesiástico. Esto se tradujo en construcciones de monasterios y el incremento patrimonial de las propiedades eclesiásticas.
Las ciudades poseían el protagonismo en la ordenación territorial con su Gobernador Civil, unidades administrativas, autoridades judiciales, fiscales y militares. Con el paso del tiempo se produjeron unas reformas realizadas por Chindasvisto y Rescesvinto (649-653), e hicieron desaparecer por oficiales militares a las autoridades civiles, siendo estas los -Thiufadus-Quingentenarius-Centenarius. Y surgió una nueva autoridad local cuya presencia nos acompañará a lo largo de toda la historia "El Obispo".
Pero en la primavera del 711, los musulmanes ponen rumbo a través del estrecho de Gibraltar hacia nuestras tierras.

 

broches

 

necrópolis

 

bajorrelieve

 

Chindasvinto y
Rescesvinto