TEXTOS DEL PANEL INFORMATIVO

LOSCOS

 Nacido en el cercano pueblo de Samper de Calanda, en 1823, cursó sus estudios de farmacia y, tras licenciarse, llegó a Castelserás para ejercer de boticario del pueblo.

Su labor investigadora sobrepasó pronto las paredes de su farmacia, empezando sus primeras observaciones botánicas y entomológicas, recogiendo apuntes científicos y populares

LOSCOS Y PARDO: LA TENACIDAD DE DOS BOTÁNICOS BAJOARAGONESES

 Junto a José Pardo Sastrón, farmacéutico rural en varios pueblos cercanos y botánico como Loscos, compartió energía e ilusión investigadora frente a la falta de medios y subvenciones públicas a su labor.

El primer fruto de este trabajo en común llegaría en 1858 y tuvo por nombre “Plantas Aragonesas”. Serie metódica de las plantas medicinales aragonesas.

La relación entre sus dos vocaciones profesionales, farmacia y botánica, quedaba bien unida con este trabajo.

Cinco años después, Loscos y Pardo preparan su nueva obra sobre plantas de Aragón; pero la incomprensión y falta de apoyo a su labor les obligará a publicar fuera de España. Será desde Dresde (Alemania), y con la inestimable ayuda del botánico Willkomm, donde vea la luz la “Series inconfecta plantarum indigenarum Aragoniae”.

En 1866 y 1867, gracias a las numerosas suscripciones de sus colegas, pudieron imprimir, esta vez en Alcañiz, la “serie imperfecta de las plantas aragonesas espontáneas, segunda edición de la “Series inconfecta…”, aumentada con numerosas noticias que pueden servir al formar el “Catálogo de las plantas en Aragón”, Este añadido al título era buen reflejo de las amplias miras con las que ambos botánicos trabajaban

La labor de Loscos adquiere trascendencia al ser reconocida por numerosos botánicos europeos. La demanda de plantas autóctonas estudiadas por Loscos con el fin de enriquecer otras colecciones extranjeras, le llevará a crear la “Exicatta Florae Aragonensis”, unos herbarios compuestos por 100 pliegos de plantas secas que enviaba a todos los que se lo solicitasen. Loscos será correspondido recibiendo asimismo abundantes herbarios y trabajos científicos del exterior, convirtiendo a Castelserás en una auténtica “agencia botánica”.

Las penurias económicas que sufrió, al tener que financiar de su bolsillo su trabajo, se revelan con claridad en su comentario sobre las Exicatta

Es muy notable, sin ambargo, que muchísimos botánicos se apresuren a comprar mis plantas, pagándolas a un precio sumamente caro, pues en países lejanos suelen costar, según experiencia propia, 7 duros y medio cada cajita de 50 especies; por lo cual no se explica fácilmente la causa de semejante proceder, aunque presumo que hay en todos los suscriptores, además de un verdadero amor a la ciencia, el noble empeño de sacarme a flote, ofreciendo generosamente su valiosa recomendación a los naturalistas de España, y acaso también a las Autoridades Aragonesas.

LA ESCUELA DE LOSCOS, UN EQUIPO INVESTIGADOR ADELANTADO A SU TIEMPO

 Loscos no sólo fue pionero en lo botánico sino que, además, organizó y articulo un numeroso equipo de colaboradores, tan cargado de altruismo científico como escaso era en medios materiales y ayudas económicas. En una España saliente de la Guerra de la Independencia y desangrada por las Guerras Carlistas, a lo largo del siglo XIX, el cultivo de las Ciencias era casi un acto de heroicidad.

La que posteriormente fue llamada Escuela de Loscos estuvo formada por José Pardo Castrón y su hermano Salvador; Odón de Buen, Calavia, Bayod, Campo, Nuet, Martín, Pascual Álvarez, Vallier, Alvira, Ruiz Casaviella, Zapater, Uriol, Badal, Gargallo, Grafulla, Sorbías, Benedicto y Pau.

La suma de esfuerzos y el olvido del individualismo marcaron la pauta en la “Escuela”, dando ejemplo al mundo científico. Loscos, en reconocimiento agradecido, dedicó los nombres latinos de plantas por él descritas, a algunos de sus colaboradores. Así describió las plantas Allium pardoi, Valeriana martin, Silene campoi, Thymelaea ruizi

 EL ALMA DE UN ARAGONÉS QUE NUNCA REBLÓ ANTE LAS DIFICULTADES

 En al suplemento 7º del “Tratado de plantas de Aragón”, Loscos inserta un comentario, en plena epidemia de cólera, que alumbra su incansable espíritu de trabajo, su afán de servicio a sus paisanos y su firme voluntad de superar los obstáculos por muy graves y extremos que estos fueran:

 CASTELSERÁS A 1º DE AGOSTO DE 1885

¡Bello día para ocuparme de asuntos botánicos! Y si embargo tengo que escribir esta hoja para presentarla impresa con el suplemento 7º en la Exposición Aragonesa.

Quince días sin dormir 75 recetas de día, 75 de noche: el cementerio enteramente repleto de cadáveres, que con muchísima dificultad se pueden colocar.

Yo solo, sin ayuda de nadie, he satisfecho todas las necesidades en el acto sin conceder a nadie un minuto de espera: no quiero por el cumplimiento de mis deberes ninguna recompensa; solamente demando gratitud.

Treinta y dos años hace que despacho en esta botica, en donde no se niega a nadie lo que pide, siendo el pago voluntario, a conciencia del comprador, de manera que es muy difícil hallar alguno que rechace mi conducta

 Un año después, en 1886, el cólera pudo con Loscos mientras realizaba el suplemento 8º del Tratado. La enfermedad se llevó al hombre, pero su obra y su ejemplo han permanecido, iluminando permanentemente los caminos del conocimiento botánico y médico.

 EL TRATADO DE PLANTAS DE ARAGÓN, SU ÚLTIMA OBRA

 Como continuación a las “Series inconfecta” y “Series imperfecta”, Loscos publicó en 1876-77 el “Tratado de plantas de Aragón” a través del Semanario Farmacéutico, una revista profesional que se imprimía en Madrid. El Tratado se publicó fraccionadamente, a modo de suplemento botánico. En esta última obra, Loscos incluyó, junto a los temas estrictamente científicos, cartas, comentarios sobre los trabajos de otros colegas o reflexiones sobre su día a día como investigador.