Nutritivamente, un tesoro |
Las almendras pertenecen al grupo de frutos secos
oleaginosos y contienen (las muestras analizadas) entre un 59% y un 63%
de grasa. Este alto porcentaje de grasa es responsable del enorme valor
calórico de las almendras. Pero determinar la grasa total de un alimento
no es suficiente para definir sus características nutritivas y su
salubridad. |
Otro
dato clave |
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La composición de esa grasa, o cómo se reparten los
tres tipos de grasa, y, especialmente, cuál es el porcentaje de ácidos
grasos saturados (los menos saludables, y muy abundantes en las grasas
de origen animal) que contiene. La grasa de la almendra, sepámoslo, es
fundamentalmente de tipo monoinsaturado y poliinsaturado. Dicho de otro
modo, las grasas que ejercen un papel neutro en la tasa de colesterol e
incluso, en ciertos casos, permiten reducirla.
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Los monoinsaturados suponen entre un 64% y un 72% de
la grasa total y los poliinsaturados entre un 18% y un 22%. Por tanto,
las almendras apenas contienen ácidos grasos saturados. Y, además, no
aportan colesterol ya que su grasa es vegetal. En las muestras
estudiadas, las diferencias en materia de grasa total y de la
composición de ésta no son relevantes. Por ejemplo, los ácidos grasos
saturados oscilan entre el 8,5% y el 11%.
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Las almendras, por otro lado, aportan muchos hidratos
de carbono (20% del total de producto), y proteínas (20%) de aceptable
valor biológico.
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Así, cien gramos de almendras aportan aproximadamente
la misma cantidad de proteínas que cien gramos de filete de ternera.
Además, las almendras son ricas en fibra, al aportar14 gramos por cada
cien gramos de producto, lo que las convierte en uno de los alimentos
con más fibra, sustancia de gran interés en nuestra dieta porque
favorece la motitilidad intestinal y evita el estreñimiento.
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En cuanto a los minerales, las almendras son una
fuente importante de potasio y calcio, aunque apenas aportan sodio.
Contienen también magnesio, hierro, fluor y cinc en cantidades notables,
además de fósforo y cobre, al igual que ocurre con el resto de los
frutos secos. Las vitaminas más importantes son el ácido fólico, que
ayuda a prevenir algunos tipos de anemia y cuyas necesidades se ven
aumentadas en las mujeres embarazadas. Y vitamina E, que cumple
funciones antioxidantes, además de vitamina B6, B2 y algo de B1.
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Información obtenida de Fundación Grupo Eroski.
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http://www.consumer.es
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