ENDRINA

La endrina, conocida también como arañón, ciruela silvestre o pacharán, es el fruto del endrino, árbol que pertenece al género Prunus, el más importante de la familia de las Rosáceas, en la que también se incluye la zarzamora o mora silvestre.

ORIGEN Y VARIEDADES

Estas frutas son oriundas de Asia y Europa y se pueden ver en estado silvestre en márgenes de caminos o torrenteras. Crecen en terrenos húmedos y en algunos casos, como el pacharán, se pueden encontrar a 1.500 metros de altitud. Maduran durante los meses de verano y otoño. Actualmente, se cultivan especies con fines comerciales, por lo que es fácil encontrarlas en mercados especializados. La endrina, en los últimos años se ha comenzado a cultivar en diversos países del este de Europa y en los Estados Unidos. En España se está empezando a extender su cultivo para abastecer a la industria productora del pacharán, una bebida Navarra que utiliza las endrinas como materia prima

SU MEJOR ÉPOCA

Están disponibles para su cosecha durante los meses de septiembre y octubre

CARACTERÍSTICAS

Forma: los frutos tienen forma oval.
Tamaño: tienen un diámetro aproximado de 10-14 milímetros.
Color: la piel es violeta o negruzca con una pruina blanquecina que permanece en la planta durante todo el invierno. La pulpa es verde y esconde un hueso esférico de unos 7 milímetros.
Sabor: es agrio, si bien se dulcifica con la maduración.

CÓMO ELEGIRLAS Y CONSERVARLAS

Al elegir este tipo de frutas es conveniente fijarse en su color, ha de ser brillante e intenso. Deben encontrarse firmes al tacto y secas, ya que las blandas y húmedas se estropean antes. Se suelen deteriorar por deshidratación, rajado de los pequeños granos que las forman o enmohecimiento. Normalmente el aroma acompaña al aspecto del alimento y suelen ser frutas muy perfumadas.
No se deben adquirir los frutos que no estén maduros pensando que ya madurarán en casa, ya que esto no sucederá. Tampoco es conveniente adquirirlos demasiado maduros ya que pierden su jugo.

PROPIEDADES NUTRITIVAS

Estas frutas son de bajo valor calórico por su escaso aporte de hidratos de carbono. Son especialmente ricas en vitamina C las grosellas negras y las rojas, que tienen cantidades mayores que algunos cítricos. En general, las bayas silvestres son buena fuente de fibra; que mejora el tránsito intestinal, y de potasio, hierro y calcio (estos dos últimos de peor aprovechamiento que los procedentes de alimentos de origen animal), taninos de acción astringente y de diversos ácidos orgánicos. Sin embargo, lo que en realidad caracteriza a estas frutas es su abundancia de pigmentos naturales (antocianos y carotenoides) de acción antioxidante. En la alimentación humana, este tipo de frutas constituyen una de las fuentes más importantes de antocianos, que les confieren su color característico y que están junto con ácidos orgánicos tales como el ácido oxálico o el ácido málico, responsables también de su sabor. La vitamina C tiene acción antioxidante, al igual que los antocianos y carotenoides. Dicha vitamina interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

Información obtenida de Fundación Grupo Eroski.
http://www.consumer.es

ÍNDICE