HORCHATA DE CHUFA

El cultivo de chufa en la península fue introducido por los árabes en la edad media, concretamente en la costa levantina. Desde entonces, se viene elaborando la horchata de chufa, una bebida refrescante y nutritiva, que en los últimos años ha alcanzado una gran popularidad, no sólo en nuestro país sino también a nivel internacional.

Proceso de elaboración

Valor nutritivo

Esta bebida se puede obtener de modo artesanal o industrial mediante un sencillo procedimiento.
El proceso de elaboración en casa para un litro es el siguiente:
Poner unos 250 gramos de chufas en remojo durante 24 horas.
Triturarlas hasta obtener una pasta homogénea.
Dejar en remojo en un litro de agua la pasta durante un media hora.
Prensar y colar la pasta para obtener la horchata líquida.
Se puede endulzar con azúcar (no más de 10 cucharadas soperas por litro) y añadir canela como aromatizante.

El nutriente más abundante en su composición son los hidratos de carbono. También se encuentran en pequeñas cantidades grasas (principalmente insaturadas), proteínas y minerales tales como el magnesio, el fósforo, el calcio y el hierro; estos dos últimos, de peor absorción que los procedentes de origen animal. Aunque su aspecto puede recordar al de la leche de vaca, su valor nutritivo es muy distinto. En comparación con la leche, la horchata no contiene lactosa ni caseínas (azúcar y proteínas características de la leche), vitamina B12 y tampoco colesterol. Además, las grasas de la horchata son principalmente insaturadas. Por último, la horchata contiene enzimas, sustancias que facilitan la digestión.

Tabla de composición nutritiva de horchata azucarada (por 100 ml)

Kcal (n)

Proteína (g)

Grasa (g)

Hidratos de carbono (g)

Calcio (mg)

Hierro (mg)

Colesterol (mg)

69,75

0,60

2,40

12,20

11,30

0,46

0,0

Ventajas e inconvenientes de su consumo

Criterios de calidad en la compra, manipulación e higiene

Por su composición nutritiva, el consumo de horchata (si no está adicionada de azúcar) está especialmente recomendado para quienes tienen el estómago delicado, digestiones pesadas y en caso de meteorismo (combate las fermentaciones intestinales) y de diarrea (carece de lactosa). Si lleva azúcar añadido, no se recomienda para quienes sufren de diabetes o de cualquier otra enfermedad en la que se deba controlar el consumo de azúcares sencillos.

Debemos fijarnos bien en el etiquetado y el estado del envase, fechas de caducidad o de consumo preferente. Una vez abierto el envase necesita refrigeración y debe consumirse en un plazo de tres a cuatro días como máximo para que no se alteren sus propiedades iniciales.

Información obtenida de Fundación Grupo Eroski.
http://www.consumer.es

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